miércoles, 18 de noviembre de 2009

Entrevista a mi Atipoda



Para mi antípoda, escogí a un indigente de nombre José, el es un adulto mayor de 76 años, que viví en las aceras de Heredia. Es alcohólico, toma desde la adolescencia, prácticamente toda su vida ha tomado.
Fue casado, tiene tres hijas, las cuales viven en Barba de Heredia, pero que, hace mucho no ve.
Cuenta que todo lo que tiene en esta vida lo anda en una bolsa, que son sus cobijas, las cuales le ayuda a no pasar tanto frío cuando llega la noche. En cuanto su alimentación se la provee un amigo, el cual tiene una familia, una casa y que ya fue pensionado. En cuanto al dinero para cubrir su vicio, depende de la caridad de las personas, que siente compasión por él.
Cuando las enfermedades le atacan, sufre mucho pero, trata de no pensar en ello, ya que piensa que como llega se va.
Las calles le ha enseñado que los amigos son muy pocos, de que se debe vivir el ahora y no pensar en el mañana.
No se arrepiente de vivir así, ya que se siente libre y en la que no tiene que dar explicaciones a nadie, por tal motivo no ha querido regresar con su familia.
Ha intentado salir de las calles, por su propia cuenta, pero no ha podido. Nunca ha intentado buscar ayuda con otras personas, ni con instituciones o albergues, porque considera que el más que nadie lo puede hacer.
No le incomoda, sentir el rechazo, miedo o malicia de la gente, porque él no se mete con nadie, se considera una persona pasiva, tranquila, cuando hay pleitos en la calle lo que hace es alejarse, por lo que no considera que vivir en las calles se sea peligroso.
En esta persona y yo, lo poquito que compartimos, me di cuenta de que somos muy diferentes a parte de lo que se puede ver a simple vista; la diferencia de género, el distinto lugar de residencia que tenemos, la diferencia de edad… en fin, lo curioso es que todo lo que una puede o no darse cuenta, a partir del inicio de una conversación, por ejemplo, los sentimientos que una toca a la otra persona, y que nos tacan a nosotras misma es impresionante.
Algo que José y yo nos diferencio, fue el hecho de que el habla poquito y yo me considero que me gusta hablar mucho. Situación de José que me frustró en un momento, porque creí que no lograría obtener información de él.
A mi criterio y con mi experiencia con la entrevista considero que en cada una de las personas que compartimos en nuestro diario vivir, está una antípoda, que contará con muchos pensamientos, conductas, cualidades, gustos diferentes a las nuestras, y en las que una acepta y pretendemos que nos acepten las nuestras.

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